Por: Jacobo Marín Alzate
Muchos se preguntarán cómo es posible que un hincha del Once Caldas sea fanático del Boca Junior. Después de esa final de la Copa Libertadores en 2004 ganada por el “Blanco” de Manizales, sería y es un poco extraño que una persona manizaleña siga y ame a un equipo argentino que está ubicado a más de 6.686, km de su casa.
Pues bien, esta pasión por el club argentino inició en el año 2003, cuando pude ver la final de la Copa Libertadores entre Santos de Brasil y Boca Juniors. El plantel del Boca contaba con jugadores como el flaco Schiavi, el pato Abbondanzieri, Carlos Tévez, Guillermo Barros Schelotto, Marcelo “el chelo” Delgado y era dirigido por el Virrey Carlos Bianchi y jugaba de manera perfecta al fútbol. No solo fueron campeones de la Libertadores sino también campeones de la Copa Intercontinental contra el AC Milan dirigido por el mismísimo Carlo Ancelotti.
Desde este entonces, mi gusto no solo se centraba en los colores del club, sino también en la forma en la que jugaba al fútbol, pues cautivaba de manera inexplicable a la hinchada, que a pesar de los resultados buenos y malos alentaba sin cesar al equipo. Fue entonces cuando comprendí el verdadero significado que tiene el lema del club y de la hinchada: “La mitad más uno”, es decir, que el club tiene el respaldo mayoritario de la hinchada, pues es leal y entregada a los 11 jugadores que visten la camiseta del Xeneize.
El jugador que me motivó y aumentó la pasión por Boca, fue Juan Román Riquelme. En el Boca de 2003, hacía jugadas maravillosas, una de tantas fue en los cuartos de final de la Libertadores contra el clásico rival de la región bonaerense, River Plate, donde Riquelme le ejecutó un caño a Mario Alberto Yepes, colombiano que en ese entonces hacía parte del plantel del “equipo de la banda cruzada”, como también se conoce a River Plate.
Román, después de su paso por Europa, volvió al club y en la final de la Libertadores de 2007 fue el jugador más destacado de la serie, anotando tres goles en total: uno en el encuentro de ida y dos en el de vuelta. Fue así que Riquelme marcó un récord en la competencia, pues anotó cinco goles en el certamen y cuatro asistencias, convirtiéndose así en el jugador más valioso de la Copa Libertadores de ese año.
24 de mayo de 2023
El día del sorteo de la fase de grupos de la Copa Libertadores edición 2023, Boca integró el grupo F, conformado, además, por Colo Colo, Deportivo Pereira y Monagas. Desde ese instante, el sueño de poder ver al club en el país iba tomando forma.
Cuando compré la boleta, la página donde debía realizar la compra se caía constantemente y no me permitía hacer la transacción para adquirir la entrada, pues como Boca es un equipo que tiene una hinchada grande por todo el mundo, el tráfico de la página web era alto y como causa de eso la ansiedad se apoderaba de mí.
Intenté varias veces, pero no me permitía hacerlo, fue entonces cuando me las ingenié y subí estados a WhatsApp, Facebook, Instagram y preguntarle a personas allegadas que iban a asistir al partido, ninguno respondió, hasta que un amigo perteneciente a la barra de Manizales que sigue a Boca llamada Manizales Xeneize me vendió la entrada que le sobraba, y para mi fortuna me la ofreció con el precio inicial que fue 95.000 pesos y la adquirí.
El miércoles 24 de mayo, salimos de Manizales a la una de la tarde, con cantos, fiesta, instrumentos y trapos. Llegamos a Pereira a las tres y media de la tarde y allí tuvimos la oportunidad de saludar al equipo en el Hotel Sonesta antes de dirigirnos al estadio Hernán Ramírez Villegas. Cuando entramos y vi a los 11 jugadores con la camiseta azul y oro, el corazón empezó a latir de la felicidad.
El partido inició a las siete de la noche, la hinchada alentaba al equipo con cánticos como “ponga huevo, huevo los xeneizes”. El primer tiempo estuvo cargado de nervios constantes; por el partido se lo podía llevar cualquiera. En el segundo tiempo un penalti al minuto 73 favoreció al equipo local y la afición Xeneize alentaba al guardameta Sergio “chiquito” Romero para que atajara dicha pena máxima. Así fue, pero por desgracia a los 5 minutos el Deportivo Pereira anotaba el gol con el cual ganó el encuentro.
Luego de esto el viaje de regreso a Manizales transcurrió con normalidad y a pesar del resultado pude tener la satisfacción y la felicidad de que por fin vi al equipo, como se dice en términos futbolísticos de mis amores.
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